miércoles, 9 de mayo de 2012

Un secuestro cualquiera

Cada día veo más claro que los puestos de poder de este país están ocupados por sinvergüenzas. Me refiero a aquellos cargos, generalmente públicos aunque no de forma necesaria, cuyas decisiones repercuten en un amplio espectro de la población española. Aquellos que los ostentan demuestran cada día ser ineptos, irregulares e incluso corruptos.

Carlos Dívar, denunciado por malversación de fondos


La penúltima novedad que tenemos a este respecto tiene que ver con el poder judicial español. Como bien sabréis, ni siquiera a estas cotas se libra uno del mal de altura. Para muestra, esta entrevista a un antiguo Fiscal Jefe de Cataluña, José M. Mena, en Salvados. Pero la actualidad pasa por el vocal del Consejo General del Poder Judicial, José Manuel Gómez Benítez, quien ha denunciado a un compañero suyo por malversación de fondos. Pero agarraos, porque ese compañero no es otro que el Presidente del Tribunal Supremo y Poder Judicial, Carlos Dívar. Obviamente, el segundo ya ha salido a excusarse en los medios. Y si ni entre ellos son capaces de esclarecer la verdad, al menos de momento, menos lo voy a pretender yo.

De cualquier manera, mi reflexión gira entorno a nosotros. A ti y a mi. Y también a ellos, los que han escalado hasta coronar la cima de este, nuestro país. Si miramos tú y yo hacia arriba, veremos cómo hay casos de mentiras, prevaricación, acusaciones con o sin fundamento, corrupción, injusticias sociales... todo mientras ellos se enredan en golpes, puñaladas, "peleas de bandas", etc. Pero, al mismo tiempo, se dirigen hacia nosotros, los de abajo, tratando de aparentar que todo marcha bien, que son ejemplo, ocultando con una mano la sangre corriendo por sus manos, como si no se notara.

Me pregunto qué hemos hecho o cómo lo hemos hecho para permitir que semejante basura social consiga hacerse con el timón del barco. ¿Nos hemos quedado dormidos? ¿Hemos sido felices en nuestra ignorancia?  ¿Nos la han colado? Me preocupa esto sobremanera, porque también me pregunto qué verán ellos desde arriba cuando miran hacia abajo. En los últimos tiempos podemos empezar a estar orgullosos de ciertas respuestas a sus acciones, pero, con todo y con eso, seguimos siendo un país donde el jardín del vecino siempre luce más verde que el nuestro, donde los extremos demuestran que no somos capaces de deducir dónde está el punto medio y dejamos manipularnos, donde la pillería y la treta valen más que la honradez. Quizá, yo no lo sé, lo de arriba sólo sea el reflejo del conjunto que hay abajo.

Sea como fuere, mi opinión es que tenemos el país secuestrado por ineptos. Me niego a creer que nuestra sociedad no ha parido a nadie con mayores capacidades que ellos. Se han hecho con los mandos y no los quieren soltar. Y, como parece que la estupidez abunda, hay muchos que luchan por perpetuar sus derechos y luego no recogen ni las migajas. Nos han dado un golpe de Estado silencioso. Y nos lo estamos comiendo con patatas fritas.

1 comentario:

  1. Por mucho que duela o fastidie reconocerlo, en España tenemos lo que nos merecemos. Toda esta panda de gobiernos sucesivos que hemos tenido nos los hemos ganado nosotros mismos, por idiotas e "idiotos", y no veo una salida a este bucle. Ninguna. Y lo peor es que estamos orgullosos de ser como somos, pues ale, Spain is different. A ver si ganamos la Eurocopa y nos olvidamos una semana de las cifras del paro.

    ResponderEliminar